La lista contempla 15 hombres del saco de todo el mundo
15.- Japón
Si los padres son capaces de comprobar que sus hijos, no son flojos y no lloran, él se va a la siguiente casa.
14.- Corea
La leyenda dice que una vez, una madre le conto a su hijo, el cual lloraba, que si no se comportaba le entregaría como comida a un tigre.
Un tigre que iba de paso, al escuchar la amenaza, espero fuera de la puerta por su comida. Pero la madre le dio a su hijo un caqui (kotgahm)
y el llanto del niño se detuvo.
El tigre pensó que el kotgahm debía de ser una criatura terrorífica y feroz para ser más temida que un tigre.
Hoy en día, el kotgahm es, comúnmente, visualizado como un hombre mayor con un saco de malla, en donde lleva niños malcriados.
13.- México y España
Que viene el coco y te comerá"
Si piensas en un coco como cabeza, con los tres hoyos cumpliendo roles de cara, puedes ver como El Coco, en la mente del niño, se convierte en un pequeño hombre peludo.
Durante el siglo 16 y 17 en España, habían coleccionistas de huérfanos, quienes se llevaban a los niños en sacos.
¿Cuál era la razón por la que El Coco se llevaba a los niños? Porque los niños se rehusaban ir a la cama y dormir.
12.- Finlandia
Uno de los hombres del saco mas fuera de lo común en todo el mundo es Groke, una gota gigante azul quien esta tan sola y triste que el piso por sobre el que camina se congela al son de sus pasos.
Ella no es malévola, solo se siente sola. Pero asusta a la gente, quienes corren al verla.
11.- Inglaterra
10.- Escocia
9.- Bahamas
8.- Bulgaria
PD: La foto es de Baba Yaga.
7.- República Checha y Polonia
6.- Países bajos
El bolman tiene garras y colmillos, se esconde bajo tu cama o en tu closet, esperando agarrarte y llevarte al sótano si no duermes.
5.- Filipinas
4.- Quebec
El término puede haber sido acuñado del término en ingles "bonne setter", nombre que se les daba a la gente que, antiguamente, cargaba un saco con medicinas, que por supuesto, vendía.
3.- Noruega
El Nokken, es un monstruo de lago, que te comerá si no acudes al llamado de tus padres.
2.- Trinidad y Tobago
Los Jumbies viven aquí, mal criados después de la muerte. Son metamorfos, por lo tanto, a los niños se les enseña a no jugar con animales desconocidos.
Hay muchas maneras de derrotar a un Jumbie; puedes dejar tus zapatos fuera de la puerta, los Jumbies no tienen pies y se pasaran toda la noche tratando de ponérselos.
Puedes dejar un contenedor con arena o arroz fuera de la puerta, los Jumbies se pasaran la noche contando cada grano. Puedes cruzar un rio, los Jumbies no pasan por agua.
Puedes dejar una cuerda con muchos nudos y los Jumbies se pasaran la noche desatando cada uno.
1.- Italia
En Italia el hombre del saco se llama: l’uomo Nero. Es un hombre alto, cuyo rostro esta cubierto por su capucha y su sombrero. Se esconde bajo la mesa. Los padres tocan la mesa para advertirles a los niños que l’uomo Nero está debajo de la misma, y que se los llevara si no comen su cena.
El viejo del saco Chileno
Yo no me se la historia ... solo se lo basico, asi que saque esto del internet.
El viejo del saco es un viejo que recorre las calles de las localidades de Buin con un saco negro, mirando y observando a los niños que se portan mal y que andan callejeando. Se dice que el viejo los cocina y se los come.
El viejo del saco vive en el río Maipo y en las noches de luna llena transita por el sector poniente de la comuna, es decir, entre Maipo y Viluco. Se dice que espera a sus presas en la “Vuelta de Arena” y sobre todo ataca a los que pasan a gran velocidad por ahí.
En cambio sube hasta Alto Jahuel en las noches oscuras. Camina por el camino Padre Hurtado y se adentra hasta la población Santa Rita y regresa hasta Paula Jara Quemada en busca de los niños más porfiados.
Historia Real del Hombre del Saco
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La leyenda del Hombre del saco tiene su base real en un crimen cometido en Gádor, un pueblo de Almería, España, en 1910.
Francisco Ortega el Moruno, estaba gravemente enfermo de tuberculosis y buscaba desesperadamente una cura. Acudió a una curandera, Agustina Rodríguez, quien al ver el caso lo mandó a Francisco Leona, barbero y curandero que tenía antecedentes criminales.
Leona le pidió tres mil reales a cambio de la cura y le reveló el remedio: tenía que beber la sangre de un niño sano, recién salida del cuerpo, y ponerse en el pecho emplastos de las mantecas aún calientes de la criatura. Le prometió que de esa forma sanaría enseguida.
Leona se ofreció él mismo buscar al niño, y tras ofrecerle dinero a varios campesinos a cambio de sus hijos de manera infructuosa, salió junto con el hijo de Agustina, Julio Hernández el tonto, en busca de algún niño extraviado.
En la tarde del 28 de junio de 1910 secuestraron a Bernardo González Parra, de siete años, que se había despistado mientras jugaba con sus amigos y se había separado de ellos. Leona y Julio lo durmieron con cloroformo, lo metieron en un saco y lo llevaron al cortijo de Ardoz, aislado del pueblo, que Agustina había puesto a disposición del enfermo. Otro hijo de Agustina, José, fue a avisar a Ortega, mientras en la casa se quedaba su mujer, Elena, preparando tranquilamente la cena.
Una vez que todo el mundo estuvo en la casa, sacaron a Bernardo del saco, despierto pero aturdido, y le realizaron un corte en la axila para sacarle sangre, que recogieron en un vaso. Mezclada con azúcar, Ortega se bebió la sangre antes de que se enfriara. Mientras, Julio mató al pequeño golpeándole la cabeza con una gran piedra. Leona abrió el vientre del niño y le extrajo la grasa y el epiplón, y lo envolvió todo en un pañuelo que puso sobre el pecho de Ortega. Una vez terminado el ritual, ocultaron el cuerpo en un lugar conocido como Las Pocicas, en una grieta en la tierra, y lo taparon con hierbas y piedras.
Al realizar el reparto de dinero, Leona intenta engañar a Julio y no le paga las cincuenta pesetas que le prometieron por el asesinato. Éste decide vengarse y le cuenta a la Guardia Civil que ha encontrado el cuerpo de un niño por casualidad mientras cazaba liebres. Detuvieron a Leona por tener antecedentes, y éste culpó a Julio, que en un principio declaró haber presenciado el crimen desde unos matorrales. Al final los dos hombres confesaron el crimen.
La Guardia Civil detuvo a todas las personas implicadas en el asesinato de Bernardo. Leona fue condenado al garrote vil, pero murió en la cárcel. Ortega y Agustina fueron también condenados a la pena máxima y ejecutados. José fue condenado a 17 años de cárcel y su mujer, Elena, fue absuelta. Julio el tonto, condenado.
Aporte De "Survive to die"
El hombre del saco o viejo del saco es un personaje de mito popular aún presente en algunas zonas. Se le representar como un hombre que vaga por las calles cuando ya ha anochecido en busca de niños extraviados para llevárselos en un gran saco a un lugar desconocido. Este personaje es caracterizado como un asustador de niños, y se utiliza como argumento para asustar a los niños y obligarlos a que regresen a casa a una hora temprana. Es similar al coco e identificable con el sacamantecas, ya que tiene el mismo origen que éste último.
La leyenda del Hombre del saco tiene su base real en un crimen cometido en Gádor, un pueblo de Almería, España, en 1910.
Francisco Ortega el Moruno, estaba gravemente enfermo de tuberculosis y buscaba desesperadamente una cura. Acudió a una curandera, Agustina Rodríguez, quien al ver el caso lo mandó a Francisco Leona, barbero y curandero que tenía antecedentes criminales.
Leona le pidió tres mil reales a cambio de la cura y le reveló el remedio: tenía que beber la sangre de un niño sano, recién salida del cuerpo, y ponerse en el pecho emplastos de las mantecas aún calientes de la criatura. Le prometió que de esa forma sanaría enseguida.
Leona se ofreció él mismo buscar al niño, y tras ofrecerle dinero a varios campesinos a cambio de sus hijos de manera infructuosa, salió junto con el hijo de Agustina, Julio Hernández el tonto, en busca de algún niño extraviado.
En la tarde del 28 de junio de 1910 secuestraron a Bernardo González Parra, de siete años, que se había despistado mientras jugaba con sus amigos y se había separado de ellos. Leona y Julio lo durmieron con cloroformo, lo metieron en un saco y lo llevaron al cortijo de Ardoz, aislado del pueblo, que Agustina había puesto a disposición del enfermo. Otro hijo de Agustina, José, fue a avisar a Ortega, mientras en la casa se quedaba su mujer, Elena, preparando tranquilamente la cena.
Una vez que todo el mundo estuvo en la casa, sacaron a Bernardo del saco, despierto pero aturdido, y le realizaron un corte en la axila para sacarle sangre, que recogieron en un vaso. Mezclada con azúcar, Ortega se bebió la sangre antes de que se enfriara. Mientras, Julio mató al pequeño golpeándole la cabeza con una gran piedra. Leona abrió el vientre del niño y le extrajo la grasa y el epiplón, y lo envolvió todo en un pañuelo que puso sobre el pecho de Ortega. Una vez terminado el ritual, ocultaron el cuerpo en un lugar conocido como Las Pocicas, en una grieta en la tierra, y lo taparon con hierbas y piedras.
Al realizar el reparto de dinero, Leona intenta engañar a Julio y no le paga las cincuenta pesetas que le prometieron por el asesinato. Éste decide vengarse y le cuenta a la Guardia Civil que ha encontrado el cuerpo de un niño por casualidad mientras cazaba liebres. Detuvieron a Leona por tener antecedentes, y éste culpó a Julio, que en un principio declaró haber presenciado el crimen desde unos matorrales. Al final los dos hombres confesaron el crimen.
La Guardia Civil detuvo a todas las personas implicadas en el asesinato de Bernardo. Leona fue condenado al garrote vil, pero murió en la cárcel. Ortega y Agustina fueron también condenados a la pena máxima y ejecutados. José fue condenado a 17 años de cárcel y su mujer, Elena, fue absuelta. Julio el tonto, condenado.
Aporte De "Survive to die"
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